Música

miércoles, 28 de mayo de 2014

Tercer cuento degenerado



No crezcas es una trampa!!

Debió escucharse cuando tuvo la oportunidad. El solía jugar fútbol con ellos, ver televisión y todos ellos cayeron en la trampa, el sabe que cayó en la trampa, creo, con muchísimo temor a acertar, que todos caímos en la trampa.

Pero es que es muy difícil no caer en ella, se dijo a si mismo. Se intentó auto compadecer, se quiso sentir mejor, pero que va nunca lo podrá hacer y el lo sabe.

El nunca los consideró amigos, pero al menos creyó poder confiar en ellos, bastante tiempo habían pasado juntos.

La lección que aprendió ese día lo puso pensativo, una puñalada por la espalda duele mucho, no importa quien  la propine. Le duele el hecho de haberse descuidado y bajado la guardia, los amigos son poco y por ende son pocas las personas en las que se puede confiar, rompió su propia regla y está pagando las consecuencias... El regreso a casa es largo y doloroso, así lo tuvo que sentir esa tarde. 

Eran las 4:00 PM, pero el cielo se obscurecía poco a poco, una gran nube gris se acerca, parece que hoy lloverá.



domingo, 18 de mayo de 2014

Segundo cuento degenerado


Siempre pensó que la lluvia le intentaba decir algo, es por ese motivo que cuando llueve, el se distrae del resto del mundo, es como si por algunos instantes solo existiera para escuchar el mensaje de la lluvia.


Intentar ver a través de la locura de un hombre resulta una tarea imposible, pero la realidad es que todos estamos locos y cada locura en particular, es un mundo nuevo por descubrir. Así funciona la lluvia, cada gota tiene su peculiaridad, así como cada tormenta es distinta así mismo funcionan las personas.


¿Será ese el mensaje de la lluvia?

Comparar hombres, con la lluvia... -Es algo de tontos- ....

Cerró las cortinas de su casa, sacó su vieja navaja y se sentó a meditar, algo le dice que tendrá una noche bastante agitada.



El espíritu de la Luvia 


lunes, 12 de mayo de 2014

Primer cuento degenerado




Alguna vez le dijeron que el suicido no era la salida, pero cuando abrió los ojos y miró sus manos untadas de sangre entendió que tal vez, solo tal vez podría ser muy tarde para tener ese privilegio que algunos afortunados llaman elegir.

Se miró al espejo y la verdad casi ni se pudo reconocer, era normal llevaba 5 años sin poder mirar su rostro en un espejo, o un lago o simplemente en un charco, hace mucho que decidió que no volvería a verse… No le interesaba, solo esa noche valió la pena romper su pequeña regla, al verse pudo notar el paso del tiempo, casi nada estaba como lo recordaba, sin embargo si prestaba atención podía ver, levemente su viejo rostro, ese rostro que alguna vez fue motivo de orgullo solo era ahora un amasijo de basura.


Dejó de recordar antiguas glorias y volvió a su labor, simplemente se dejó ir, el rió rojo era cada vez más turbulento y la tina estaba cada vez más llena.